La construcción y promoción en España combinan tres planos inseparables: viabilidad urbanística, cumplimiento técnico y gestión contractual y financiera.

 

El punto de partida es el suelo —planeamiento y licencias—, que marca edificabilidades, cargas y ritmos de obra. En fase de diseño y ejecución, el Código Técnico de la Edificación (CTE) fija las exigencias básicas (seguridad, habitabilidad, ahorro de energía), mientras la LOE define agentes, responsabilidades y garantías (incluida la decenal estructural en vivienda).

 

La obra se organiza con cadenas de contratas y subcontratas, donde rigen reglas específicas de subcontratación, prevención de riesgos y coordinación de seguridad y salud.

 

En la entrega y postventa, cobran protagonismo la calidad documentada (Libro del Edificio, certificaciones), la eficiencia energética (certificación y objetivos UE) y, en promociones para consumidores, las obligaciones de información y las garantías de cantidades a cuenta.

 

Cuando interviene el sector público (obras o concesiones), aplican además las reglas de contratación pública y de revisión/penalidades.